viernes, 18 de marzo de 2011

Inefable

Acércate, pon las palabras en mis
labios como cuando era niña.

Enséñame la flor que asoma en el
silencio inmaculado de la tarde.
Píntame el fulgor de la piedra,
muda presencia de los siglos.

Se confabulan las estrellas
para alumbrar tu espacio. Denotan un
no sé qué misterio, al percibirte
en fugaces atisbos.

Se oye la voz que pregona
-decifré la incógnita-
alucinada que clama su desierto
flor rara que llora su oasis.

Anuncia mundos que se pierden
en los caminos infinitos. Hace soña
con auroras dando a luz en las
alturas.

Desprendida del vértice del nombre,
te vas por el camino más
abstruso, para volver invicta.

Los ojos que te ven exclaman

¡INEFABLE!

Eres en silencio, eres en
el tiempo, vienes desde el
origen en que lo insólito
te dio forma.

Inefable, cuando se cierre el
tiempo conoceré tu rostro.

VIOLETA MONTERO

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